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No tener unos estatutos actualizados no es algo algo grave…excepto que sean de 1957, con un parche en forma de texto consolidado de 1985, casi 40 años desde la fecha más reciente. Si los estatutos dicen mucho de una profesión, debería ser una prioridad tenerlos para que limpien y den esplendor a la profesión. En su artículo 9, habla de los gastos de representación del presidente que “no deberían ser de más de un 2,5% del presupuesto de ingresos”, y en el artículo 19 de “la venta de impresos y libros copiadores de recetas”. El anacronismo llega hasta mencionar funciones como reglamentar “horarios de apertura y cierre asi como el descanso dominical”. La era predemocrática no puede regular a la institución que rige la farmacia, y debe incorporar principios de transparencia y democracia básicos, como limitar mandatos.
