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Santiago de Quiroga Presidente Editor de EG | viernes, 18 de mayo de 2018 h |

Una de las herramientas más coste-eficaces que existen es la prevención y, entre ellas, las vacunas. Éstas han demostrado una alto retorno. Además, la política de vacunas es un asunto que traspasa fronteras y cuyo impacto afecta al conjunto de la humanidad. Por esa razón, se han puesto en marcha diversas iniciativas mundiales, entre ellas la Alianza Global para las Vacunas e Inmunización (GAVI), centradas especialmente en países menos desarrollados, o el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas (GVAP). En España gozamos de una buena política vacunal, tanto para hacer frente a la gripe como en el caso de las vacunas del calendario infantil. La OMS ha puesto de manifiesto que las cuestiones más urgentes en materia de vacunas tienen que ver con la adquisición y el acceso a las mismas, la correcta planificación de los suministros y la previsión de la demanda en vacunas de uso sistemático. España ha desarrollado los Acuerdos Marco (AM) que alrededor de la mitad de la población española sigue a través de las CC.AA. La otra mitad gestiona las vacunas directamente con el proveedor, desde la Consejería de Sanidad correspondiente. Los AM y los contratos derivados que le siguen a nivel autonómico han supuesto ahorros en la adquisición de vacunas, pero no han resuelto los problemas de suministro. Un factor que contribuye peligrosamente es la bajada excesiva de precios, que puede hacer inviable el suministro. Pequeños ahorros pueden originar un elevado coste sanitario.