España y Portugal escogerán un biosimilar y avanzarán en la confianza mutua

A comienzos de este año ya avanzábamos que España y Portugal juntas eran un mercado potencial equivalente a Reino Unido, de casi el 90 por ciento de la población británica. Se trata de una ventaja relevante en la colaboración en diferentes planos, siendo la sanidad uno de ellos. Desde la DG de Cartera Básica y Farmacia del Ministerio de Sanidad (MSSSI) siempre han destacado la buena sintonía con los colegas lusos: el propio Agustín Rivero, anterior DG de Cartera Básica del MSSSI, no escatimaba elogios a la transparencia con la que España y Portugal trataban los asuntos relacionados con el precio de los medicamentos. Rivero explicaba a EG que con otros países de nuestro entorno, la comunicación no era tan fluida ni tan clara. Pero con Portugal, se podía confiar. Que la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, haya decidido profundizar en esa relación es bueno para los habitantes de la península ibérica. Aunque no se menciona de manera explícita, el ahorro es la razón de peso de esta colaboración concreta con los biosimilares, que se iniciará con un piloto en breve, y con la selección de un biosimilar. Una vez negociado un precio con la compañía, habrá que establecer los mecanismos para que el biosimilar llegue al paciente, y eso pasa por una prescripción. Otros países ofrecen diversas fórmulas para conseguirlo: Portugal tiene una cuota mínima del 20 por ciento para los biosimilares e Italia tiene intención de comenzar todos los nuevos tratamientos (pacientes naive) con un biosimilar.

El ahorro producido por losbiosimilares está abriendo hueco a los innovadores. Así lo afirma la ministra Montserrat, y esa es la manera de mostrar un beneficio para el paciente, algo que algunos llaman la democratización del tratamiento. Como polo opuesto me viene a la memoria el ahorro de las subastas de medicamentos genéricos en Andalucia, que nunca ha llegado a identificarse de manera real; si no sabes dónde está el ehorro y qué hacemos con él, no convences. Eso le pasa a las subastas de medicamentos genéricos en Andalucía.

Como cualquier colaboración, se basa en la confianza que hemos mostrado siempre los españoles y portugueses. Aunque en ocasiones estemos en intereses contrapuestos, como con la Agencia Europea del Medicamento, en la que Barcelona compite con Lisboa. Estoy seguro de que se habrá barajado una candidatura conjunta, apoyando una sede y una presidencia en la península ibérica. Me consta que los portugueses lo verbalizaron cuando aún no habían formalizado su candidatura a la EMA.

Adalberto Campos, ministro de Salud de Portugal, y Dolors Montserrat han decidido avanzar aún más, y la firma del acuerdo no normativo ofrecerá otras oportunidades de colaborar. Una de esas colaboraciones en materia sanitaria vendrá por la fuerte posición de influencia de ambos países tras la salida de Reino Unido de la UE. Portugal se queda sin un país con el que mantenía en el seno de la UE una buena sintonía, y España sube en importancia al dejar un hueco uno de los “grandes”. Ambas circunstancias pueden remar en favor de un acuerdo sanitario como el firmado, y mejorar la posición de ambos en la UE.