España necesita con urgencia una nueva estrategia de precisión en oncología

Uno de los grandes paradigmas del avance de la medicina y la necesidad de hacer el sistema sostenible es el cáncer. La epidemiología ya nos advierte que España será el segundo país del mundo con más proporción de octogenarios, sólo superado por Japón. Un informe de 2016 del CSIC establece que en 2050 se duplicará el número de personas mayores de 65 años. Tabaco, obesidad y sedentarismo aseguran un incremento de la incidencia del cáncer en casi todas sus versiones. La OMS y el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT-OMS) ha propuesto medidas urgentes que sólo han conseguido disminuir en 3 años un 2% de fumadores. En España entre el 25 y el 30% de la población fuma. Por esta razón la Fundación ECO trata de establecer las bases de un nuevo enfoque en la incorporación de la innovación en oncología. Como afirma Jesús García-Foncillas, coordinador de la Jornada “Presente y Futuro del cáncer en España” hay que hacer compatible la labor asistencial con la investigación. Entre otras razones, porque hay mucho por hacer: tan sólo un 10% de los pacientes se benefician de la medicina de precisión. Una portada de la revista TIME de Abril de 2016 titulaba: “Dentro de los ensayos clínicos salvavidas de inmunoterapia brutalmente selectivos, enormemente caros”. Porque esa es la cuestión: el sistema sanitario debe incorporar la innovación, pero las compañías investigadoras deben trabajar en conseguir abaratar los costes de los ensayos clínicos (EC). Y es posible: EC con pacientes genéticamente idóneos, con los biomarcadores correctamente analizados en plataformas tecnológicas comunes y reproducibles, evitando variabilidad: menos pacientes en un EC, más precisión y más utilidad de los propios ensayos clínicos. ¿Hay más fórmulas para la sostenibilidad? Martín Sellés, presidente de Janssen Cilag en España, ofreció algunas en su ponencia: Riesgo compartido (que necesita de registros de pacientes y puede desarrollar el Real World Data), techos de gasto (que requieren de un acuerdo de volumen, como el que llevaron a cabo con la hepatitis C y ahorró al estado 130 millones de euros), coste cero para pacientes de edad avanzada (como se hizo en casos de Linfoma de células del manto), o medicamentos a coste cero (como la enfermedad rara de Castleman, tratada con Sylvant).

Volviendo a la Fundación ECO, la mesa política incluyó a representantes de PP, PSOE, Podemos y C’s, magníficamente moderada por Alfredo Carrato (Hosp. Ramón y Cajal) que centró un debate que se dispersaba. Teresa Angulo (diputada, PP) alabó el papel de Pepe Martínez Olmos con su iniciativa en el Senado sobre genómica y medicina de precisión. El PP y el resto de partidos la apoyaron y la propia ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, adelantó su intención de abordar esta iniciativa en todas las CC.AA, algo que recordó Angulo. Es de alabar aquello que sirve para unir esfuerzos políticos en sanidad, porque la única forma de avanzar es con la voluntad política.

España tiene el reto de la oncología, que soporta el 5 por ciento del gasto sanitario total, y para afrontarlo debe consolidar la medicina de precisión, una plataforma de biomarcadores y el trabajo en red: no podemos perder este tren.