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Los ingleses están preocupados por el liderazgo de su industria más investigadora, la farmacéutica, especialmente tras el Bréxit. En España hay una fuerte presencia industrial farmacéutica, tanto innovadora como de genéricos. La primera se enfrenta ya a las inversiones en España que compiten con otros países. Cualquier apoyo al sector es bienvenido en esta tarea. Los medicamentos genéricos, y especialmente su industria radicada en España, tiene una fuerte implantación productiva. Si se impulsara unas subastas destinadas a mermar el margen actual (teniendo en cuenta las rebajas contínuas de precios por el SPR) estaremos poniendo en riesgo la supervivencia de las principales compañías del sector. AIReF, tras el encargo del Consejo de ministros, ya ha indicado que su sistema de subastas está “revisado de manera exhaustiva”, entendiendo que se refiere a que se han eliminado los inconvenientes universales que pacientes, compañías y farmacéuticos han identificado en la experiencia andaluza. Un sistema criticado y con evidentes problemas de implantación va a ser trasladado a nivel nacional, lo que es todo un reto que entraña dificultad, sin duda. Si la mitad de los medicamentos con problemas de suministro en 2018 fueron los de las subastas andaluzas, va a ser difícil de explicar el desabastecimiento en todo el territorio nacional. AIReF debería consultar a los sectores antes de emitir sus recomendaciones, porque corremos el riesgo de que el Gobierno y el Parlamento les hagan caso.
