Hay innovaciones que realmente suponen una disrupción en la evolución de algunas enfermedades. Y eso es precisamente lo que ha tenido en cuenta el jurado de los Premios Fundamed & wecare-u en esta edición. Por eso ha sido la terapia CAR-T Yescarta, de Gilead, indicado para el tratamiento de pacientes adultos con linfoma B difuso de células grandes (LBDCG) refractario o en recaída y linfoma B primario mediastínico de células grandes (LBPM), después de dos o más líneas de tratamiento sistémico, el que se ha alzado con el reconocimiento como mejor medicamento del año.

Un premio respaldado con unos resultados clínicos realmente sorprendentes, respaldados por el ensayo clínico ZUMA-1. En este se demostró que el 74 por ciento de los pacientes tratados con una sola infusión respondieron al tratamiento y más del 50 por ciento logró una respuesta completa (ausencia de cáncer). Además, estas respuestas son duraderas en el tiempo, a los 2 años aún no se había alcanzado la mediana de supervivencia de pacientes que habían respondido al tratamiento.

En la 61ª Reunión y Exposición Anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH) el diciembre pasado, el doctor S. Neelapu, investigador principal del ZUMA-1 actualizó los datos de supervivencia a 3 años, habiéndose alcanzado la mediana de supervivencia a 25,8 meses, y con un seguimiento de 37,1 meses la tasa de supervivencia es del 47%, lo que implica una supervivencia nunca vista en estos pacientes. Antes de la llegada de Yescarta la esperanza de vida de estos pacientes apenas superaba los 6 meses de vida.

Marcando historia

Por todo ello, tal y como aseguró María Rio, vicepresidenta y directora General de Gilead en España, Yescarta se ha convertido en uno de los medicamentos que han marcado historia en la compañía. Y lo ha hecho, resaltó, “porque ha conseguido aumentar la supervivencia en pacientes con situaciones muy críticas, con una esperanza de vida de 6 meses; de hecho, más de la mitad de los pacientes siguen vivos a los tres años de recibir el tratamiento”. Una innovación que, puntualizó Río, “es la confirmación de que la medicina personalizada se puede implementar en la vida real”.

En la actualidad, Yescarta es la terapia celular con datos de seguimiento más a largo plazo en su ensayo clínico y la que más esperanza de supervivencia aporta a los pacientes adultos con este tipo de cáncer. Se trata, además, del fármaco que más pacientes ha tratado en el mundo.

Avances en producción

Uno de los aspectos críticos del tratamiento es el tiempo de “delivery” (entrega del producto), dado que los pacientes van a contrarreloj y no pueden esperar para recibir su tratamiento. Precisamente Gilead, apuntó Río, acaba de inaugurar, tras recibir aprobación de la EMA, su primer centro de fabricación en Europa lo que supone una reducción en los tiempos de fabricación y entrega de 7 días, algo clave en pacientes con un estado de salud tan delicado donde cada día cuenta.