¿Está la Unión Europea a las puertas de un cambio en su política farmacéutica como consecuencia del TTIP? Hasta ahora, la Comisión se ha esforzado en reiterar que las competencias en precios y reembolsos son intocables y que seguirán recayendo en los estados miembro, pero la sociedad civil teme que las autoridades comunitarias no puedan mantener este compromiso. Se basan para ello en provisiones incluidas en negociaciones previas, en mensajes extraídos de diversos foros de debate sobre el TTIP y en las propias negociaciones del Tratado, que acaban de finalizar su 15ª ronda.
En los anexos farmacéuticos previamente negociados, Estados Unidos y la UE han acordado puntos que la sociedad civil no quiere ver repetidos. Pactaron, por ejemplo, que los gobiernos deberían tener en cuenta el valor de la patente en sus decisiones de precios y reembolsos; decidieron dar a la industria la oportunidad de trasladar comentarios sobre cualquier nueva propuesta de regulación y establecieron un proceso de apelación de dichas decisiones.
Según Health Action International, Commons Network y Public Citizen, la primera medida equivaldría a asumir algo que “no siempre ocurre” (que toda patente tiene un valor inherente para la salud pública); la segunda podría dar al sector “oportunidades” de influir en agentes clave del proceso de decisión; la tercera (que de hecho está en el TTIP) le daría poder para demandar a un gobierno con el argumento de que sus medidas dañan sus inversiones.
Propiedad intelectual
De confirmarse, estas estrategias podrían socavar el intento de los estados de contener el gasto farmacéutico con medidas orientadas a los precios. Pero no serían las únicas. En lugar de impulsar el cambio que solicitan la ONU, el Europarlamento o el Consejo Europeo, el informe TTIP and Affordable Medicines cree que el tratado reforzará el modelo actual. Sus autores resaltan el posible impacto de una armonización de las reglas de propiedad intelectual y del refuerzo de los niveles de protección, especialmente para los biológicos.
