el global Madrid | viernes, 17 de enero de 2014 h |

Tener una idea innovadora no es garante de éxito, hay varios factores que se deben sopesarse para que el barco llegue a buen puerto. Según Luis de la Fuente, socio director de Mediformplus, el farmacéutico, como cualquier director general de su empresa, debe tener en cuenta permanentemente a tres cuestiones: saber si su farmacia es excelente; contrastar las virtudes que la hacen diferente a las demás y comprobar que el cliente lo percibe; y saber si su concepto es lo suficientemente novedoso como para que los consumidores lo trasmitan más allá de las fronteras del negocio.

Las respuestas a estas preguntas pasan por desarrollar unas funciones básicas, que deben ser aprendidas por el gerente de la botica. En primer lugar, hay que ser capaz de analizar la situación siendo consciente de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. “Las acciones que se vayan a desarrollar deben partir siempre de este análisis”, explica De la Fuente. Posteriormente, es necesario conocer al cliente para construir un modelo comercial basado en su perfil.

Al mismo tiempo que se realizan estas acciones, no debe descuidarse la revalorización del producto de manera apreciable por el cliente, de manera que esté dispuesto a pagar lo que pedimos. “Si no es así se deberán simplificar todos los procesos para ser más baratos”, explica de la Fuente. Asimismo, hay que establecer objetivos para cada área, siempre alcanzables, medibles, cuantificables y comunicables al equipo, que debe conocer el camino que debe seguir la farmacia. “La farmacia española del siglo XXI requiere de líderes, de auténticos gerentes que sepan calibrar el valor de las medidas que necesitan adoptar para dirigir a sus farmacias hacia ese futuro que ya es presente”, asegura De la Fuente.

Por otro lado, el gerente debe crear una estructura organizativa mínima funcional. “No se puede ser responsable de todo lo que ocurre en la farmacia, por ello debe asignar los departamentos a los distintos miembros del equipo, siempre bajo su supervisión como administrador último”, manifiesta De la Fuente. Esta tarea debe ser completada con un plan de acción, cuyo responsable siempre será el gerente. “Las actividades que se implantan para llegar a esa meta definida deben ser fijados por él, aunque cuente con la opinión y experiencia del equipo”, dice De la Fuente.