La mejora del uso de trece medicamentos en tan sólo cuatro áreas de tratamiento podría transformar la atención a los pacientes del National Health Service o NHS (el Servicio Nacional de Salud) del Reino Unido. Y no sólo eso, además añadiría miles de millones de libras a su economía mediante el aumento de la propia productividad de los pacientes a lo largo de sus vidas.

Así se desprende de un estudio realizado por PriceWaterhouseCoopers (PwC) para la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica (APBI), en el que se exponen los beneficios potenciales de una mayor inversión en nuevos medicamentos clínicos y rentables para los pacientes, la sociedad y la economía. El informe sugiere que la innovación farmacéutica seguirá siendo un importante motor de la salud y la riqueza del Reino Unido.

Según la investigación, sólo el análisis de estas cuatro áreas de enfermedad: prevención de accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales, asma y diabetes de tipo 2, muestra que aproximadamente 1,2 millones de pacientes elegibles no reciben tratamientos del NHS.

Así lo demuestra:

Coste-efectividad de una mayor inversión en medicamentos en el NHS

  • Se estima que 1,2 millones de pacientes del NHS son actualmente elegibles para estos medicamentos, pero no los reciben. Esta población equivaldría a la suma de los habitantes de Zaragoza, La Coruña y Valladolid.
  • Ampliar el uso de estos medicamentos proporcionaría a los pacientes más de 429.000 años adicionales de vida con buena salud.
  • La economía del Reino Unido ganaría 21.020 millones de euros en productividad.
  • De ellos, 6.458 millones de euros podrían revertir directamente en el erario público a través de los impuestos gracias el aumento de la productividad del trabajo remunerado.

Según el estudio, los aumentos en la productividad compensarían con creces los costes incrementales del aumento del uso de medicamentos.

¿Qué supondría el aumento del uso de ciertos medicamentos?

Aumentar el uso de ciertos medicamentos para la diabetes de tipo 2 puede suponer el mayor beneficio para los pacientes. Según el informe, añadiría unos 241.100 años adicionales de buena calidad a la vida de los pacientes, así como unos 9.394 millones de euros a la economía en productividad, a lo largo de la vida de los pacientes.

El aumento del uso de los medicamentos para los pacientes con asma grave es el que más beneficios aportaría a la economía: se calcula que la economía británica ganaría 11.273 millones de euros en productividad, al tiempo que añadiría unos 153.900 años adicionales de buena calidad a la vida de los pacientes.

Los ACODs (anticoagulantes orales directos) pueden evitar las hospitalizaciones por trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, así como reducir los cuidados agudos y a largo plazo que requieren los pacientes con derrames cerebrales, liberando personal y la necesidad de clínicas de anticoagulación ambulatorias en todo el Reino Unido.

Sólo el aumento de su uso proporcionaría a los pacientes unos 31.400 años de mejor calidad y aportaría a la economía unos 100 millones de euros en ganancias de productividad.

“La inversión en medicamentos ya está creando servicios sanitarios más eficientes y eficaces en países de todo el mundo, lo que se traduce en mejores resultados sanitarios y mayores tasas de supervivencia. Deberíamos aspirar a lo mismo”

Richard Torbett, director ejecutivo de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica (APBI)

Richard Torbett, director ejecutivo de la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica (APBI), ha manifestado que este informe muestra cómo se puede utilizar la experiencia de la COVID-19 para prevenir y tratar otras enfermedades que suponen “un lastre para la economía”. “Las pruebas son claras: proporcionar a los pacientes los medicamentos a los que tienen derecho ayudará a las personas a vivir más tiempo y con más salud, al tiempo que hará crecer la economía y aumentará los ingresos fiscales para el gobierno”, ha subrayado.

Según Torbett, “la inversión en medicamentos ya está creando servicios sanitarios más eficientes y eficaces en países de todo el mundo, lo que se traduce en mejores resultados sanitarios y mayores tasas de supervivencia. Deberíamos aspirar a lo mismo”.

Retos a los que se enfrenta el NHS

El informe destaca tres retos fundamentales que deben abordarse para mejorar los resultados de los pacientes y garantizar que el Reino Unido siga siendo un mercado prioritario para el lanzamiento de nuevos medicamentos.

  • Amplitud del acceso: Los pacientes del Reino Unido tienen menos acceso a los medicamentos innovadores que los pacientes de otros países comparables. Entre 2015-2019, de las recomendaciones positivas realizadas por el National Institute for Health and Care Excellence (NICE) -es decir, las decisiones de que un nuevo medicamento debe estar disponible en el NHS- el 43 por ciento se han limitado a poblaciones más estrechas que las recomendadas por los reguladores británicos y europeos. De estas recomendaciones, el 65 por ciento se aprobaron para la mitad del número aconsejado y el 35 por ciento se administraron a menos de una cuarta parte de los pacientes en el Reino Unido.
  • Velocidad de acceso: Desde la autorización hasta el primer uso de un nuevo medicamento por parte del sistema nacional de salud británico, el tiempo medio de espera es de casi 11 meses (335 días). En cambio, los pacientes de Alemania pueden esperar recibir un nuevo medicamento casi tres veces más rápido (120 días). Inglaterra ocupa el séptimo lugar y Escocia el undécimo, según el informe W.A.I.T EFPIA 2021.
  • Alcance y ritmo de adopción: El propio análisis del gobierno muestra que para más de 75 medicamentos recomendados por el NICE y lanzados entre 2013 y 2019, el uso per cápita del Reino Unido en los primeros cinco años después del lanzamiento fue el 64 por ciento en comparación con del promedio de 15 países.

Los argumentos para invertir en medicamentos innovadores son claros, sin embargo, desde la perspectiva macroeconómica, el Reino Unido es el que menos gasta por PIB de todas las naciones del G7. Además, gasta menos per cápita en productos farmacéuticos que nueve de sus países pares de renta alta: Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Australia, España, Corea del Sur, Italia y Canadá.

Esto significa que, por cada 117 euros del PIB, el Reino Unido gasta sólo 95 céntimos en productos farmacéuticos, frente a las 2,75 euros de Estados Unidos, los 2,27 euros de Alemania o los 2,15 euros de Japón.

Cáncer: tasas de supervivencia más bajas en Reino Unido

El informe de la patronal de la industria farmacéutica británica también subraya cómo el grave impacto de la pandemia y la escasa inversión en los últimos medicamentos y terapias han agravado problemas existentes, haciendo que los pacientes británicos se enfrenten a tasas de supervivencia en cáncer, epoc o ictus, más bajas que en países desarrollados similares a Reino Unido.

Por ejemplo, en lo que respecta a las tasas de supervivencia del cáncer de mama, el Reino Unido ocupa el puesto 14 entre 18 países desarrollados y el 15 en lo que respecta al cáncer de cuello de útero. En cuanto al cáncer de colon, ocupa el último lugar.

Un análisis de 2016 muestra que los pacientes del Reino Unido tenían un 50 por ciento más de años de vida perdidos (YLL, years of life lost) por cardiopatía isquémica que Francia o España y más del doble de años de vida perdidos por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que Finlandia o Francia. Además, el Reino Unido presentaba unas tasas de mortalidad infantil por cáncer de pulmón un 60 por ciento más altas que Finlandia o Suecia, países que tienen un consumo mucho mayor de los principales medicamentos para el tratamiento del cáncer de pulmón.


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