| miércoles, 03 de octubre de 2012 h |

Fernando Redondo, presidente de la patronal FEFE

1- Lo realmente urgente es la recuperación de un margen económico estable que garantice la viabilidad del servicio farmacéutico. El problema económico que soportan las farmacias no deriva del actual modelo retributivo sino de la falta de recursos y la deficitaria dotación presupuestaria para hacer frente al coste de la prestación farmacéutica.

2– El único objetivo actual de la Administración es rebajar la factura y el ahorro de costes, pero ha dejado un poco de lado la viabilidad de los sectores implicados. Vamos hacia una menor cobertura del SNS, por lo que, en este contexto, debería asegurar la financiación adecuada para que la calidad, seguridad y eficiencia del servicio no se resienta más.

3- Todos tenemos que ser conscientes, incluida la Administración, que el margen actual de la farmacia es muy reducido y que es necesario recuperarlo a la mayor brevedad posible. De ningún modo es una batalla perdida, es una batalla pendiente.

4- Todas las farmacias cuentan con personal altamente cualificado, por lo que sí pueden ofrecer servicios adaptados a las necesidades de la población. La farmacia española ha dado muestras de capacidad de respuesta a los retos que se le presentan.

5- Ya lo hace actualmente, aunque de forma puntual. La prestación de servicios debe completarse de acuerdo a las demandas o necesidades de la población, siempre en el ejercicio de nuestras responsabilidades profesionales y bajo la necesaria cobertura legal.

Marichu Rodríguez, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac)

1- Se necesita debatir abiertamente sobre ello, porque, además de no permitir un desarrollo profesional del farmacéutico comunitario, con las actuales condiciones el modelo que tenemos es económicamente inviable para garantizar la sostenibilidad de la farmacia.

2- No está comprometida. La Administración está más ocupada en cuadrar sus cuentas a costa del sector farmacéutico que en comprometerse con este colectivo y contar de una vez con él para optimizar la salud de la población, modificando para ello la forma en que le paga.

3- Sí, es una batalla perdida. Por la situación económica, estamos pendientes de saber si se podrá mantener el sistema sanitario como hasta ahora. En esta coyuntura no se puede batallar por recuperar un margen. Es el momento de decirle a la Administración lo que la Farmacia puede hacer por el sistema y cómo quiere que le paguen por hacerlo.

4- Podría serlo dependiendo de qué margen y qué servicios se remuneraran. Para llegar a este punto es imprescindible valorar el servicio de dispensación y que no se vea como una transacción. La implantación de muchos servicios está relacionada con ella. Si falla esta o no se incentiva, algunos servicios no tendrán sentido o necesitarán de más recursos.

5- En una cultura en la que la Sanidad es gratis, es difícil que estén dispuestos. Han de relacionar el servicio farmacéutico con su salud, y que, tanto como su salud, el servicio lo vale. Los pacientes no han sido capaces de utilizar racionalmente los recursos del sistema y valorarlos.