Rafael García Gutiérrez

Director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp)

| 2010-12-17T17:03:00+01:00 h |

José María López

Madrid

Pocas personas saben más en España sobre el ámbito del autocuidado que el director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), Rafael García Gutiérrez. Y es que, a su preparación le añade una gran experiencia. Tanta que, como él dice, ya ha visto pasar a ni más ni menos que 17 ministros de Sanidad. La última, hace unas semanas.

Pregunta. Desde hace un par de meses tenemos nueva ministra, subsecretario y directora de la agencia, ¿cómo lo valora?

Respuesta. Tengo que decir que yo tengo alguna esperanza con Leire Pajín. No la conocía, ni tenía ni idea de ella hasta el día que tomó posesión. Y la verdad es que tuve una impresión mucho mejor de la que tenía hasta ese momento. Me dio la impresión de que de tonta no tiene un pelo. Además, aunque algunas de sus declaraciones están muy condicionadas por la demagogia de todos los políticos, como con el tema del copago, ha dejado abierta una puerta a estudiar otros medios de ahorro, de racionalización, palabras que a mí me aportan cierto optimismo. Ella pidió una oportunidad, y yo se la estoy dando.

P. ¿Y sobre la nueva directora de la Aemps?

R. No la conozco en profundidad, solamente tengo referencias y he coincidido con ella en algunas ocasiones. Lo que sí sé es que debe saber mucho de función público porque procede del Insalud. Ahora nos encontramos mucha gente nueva dentro de la Administración que no conoce los procedimientos administrativos. Además, tengo entendido que hay una buena relación también entre ella y el director general de Farmacia, y eso siempre es bueno.

P. ¿Podría cambiar la mentalidad de esos funcionarios que llevan ahí tanto tiempo?

R. Es difícil, es cuestión de generaciones. Dentro de la Administración y, en concreto en el ámbito de la sanidad y del medicamento, hay mucha gente que todavía no se ha adaptado a los cambios, sobre todo, a los que están viniendo de Europa. Allí se le da cada vez más valor a la sociedad civil y más protagonismo, pero hay muchos funcionarios todavía que no lo han entendido, porque son muchos años de una actitud muy paternalista. Ellos piensan que son los únicos defensores de la seguridad de los pacientes y que si no controlan a la industria somos capaces de cualquier desmadre.

P. ¿Cómo valora la continuidad del secretario general de Sanidad?

R. La ministra va a estar muy influenciada por Pepe Martínez Olmos. Representa la continuidad en la política del ministerio.

P. Cambiemos de tema. ¿Qué problemas tienen en estos momentos relacionados con la publicidad?

R. Hubo una época en la que dimos bastantes pasos adelante, permitiendo mensajes más modernos y lógicos. Fue un gran paso al sustituir los mensajes de advertencia por la pantalla azul, que es muy eficaz. Habíamos avanzado mucho, pero en los últimos meses teníamos la sensación de estar dando marcha atrás, quizá por la bisoñez del nuevo equipo, pero en las últimas reuniones nos están haciendo ser más optimistas y tengo la esperanza de que al final quedarán unos criterios razonables y homogéneos con los del resto de Europa en materia de evaluación de anuncios de medicamentos. El director general de Farmacia, Alfonso Jiménez, tiene un gran sentido común.

P. ¿Es posible establecer criterios objetivos, transparentes y comprobables para la autorización de la publicidad?

R. Entiendo que sin llegar nunca al cien por cien, porque la publicidad es un tema en el que se juega, más que con el mensaje que se da, con la descodificación del mensaje que hace el receptor. Pero sí que debe haber una serie de criterios admitidos que hagan posible una publicidad que sea al menos mínimamente atractiva.

P. ¿Sin eliminar el CPS (Control Previo Sanitario)?

R. Lo veo muy difícil a corto plazo, no a largo plazo. A largo plazo desaparecerá. No sería imposible que se eliminase para los medios escritos.

P. ¿Cómo valora la eliminación de las siglas EFP de los envases? ¿Puede generar problemas?

R. Sin duda. Las siglas EFP era una forma de aclarar sin ninguna duda al ciudadano ese concepto, al desaparecer esas siglas y no sustituirlas por ninguna otra puede haber confusión.

P. ¿Qué puede contar de la inclusión de los medicamentos de autocuidado en los sistemas de prescripción e historia clínica?

R. Ése es uno de los grandes logros que ha tenido. La receta electrónica tiene que ser es el instrumento mediante el cual los profesionales sanitario que tengan que actuar tengan acceso a mi historial terapéutico, y si ahí no aparece los medicamentos sin prescripción que yo he tomado por mi cuenta, será incompleto. Supongo que a un cardiólogo que esté tratando mi hipertensión le interesará mucho si estoy tomando a diario un producto sin receta, aunque sea como laxante, con un alto contenido en sodio. El cauce es que el farmacéutico pueda también incluir información al sistema, siempre con todas las garantías de la Ley de Protección de Datos.

P. ¿Qué trabas puede haber?

R. Las mismas que hay para todo en este país, la actuación inconexa de las comunidades autónomas. Yo me río mucho cuando dicen que el Ministerio de Sanidad no tiene competencias. Tiene una competencia imprescindible que es la de coordinar todas las competencias de las autonomías, que por cierto no sé si la está ejerciendo, porque creo que a través del Consejo Interterritorial podría muy bien ejercer esa competencia y sería fundamental.

P. ¿Qué opina de la prescripción enfermera?

R. ¿La prescripción enfermera no se está haciendo ya antes del decreto? Entonces lo que vamos a hacer dar cuerpo legal a algo que está ya sucediendo y que es bueno que suceda. Estoy a favor claramente de la prescripción enfermera porque creo que rellena un hueco en el sistema. Yo lo que haría sería extenderla no solamente al enfermero, sino al podólogo, al fisioterapeuta y a otros profesionales de la salud.

P. Una de las medidas incluidas en el primero de los RDL, el límite a la financiación de medicamentos para síntomas menores. ¿Efectos?

R. Una barbaridad, porque lo único que va a hacer es crear una competencia que en absoluto es razonable. Cuando yo hablaba del tema de desarrollo de este mercado, no sólo está el ahorro de recursos; es que esto también es un salvavidas para la industria farmacéutica y cuando digo salvavidas digo salvapuestos de trabajo. Muchos de los puestos de trabajo que se están destruyendo con un desarrollo mayor de los medicamentos para el autocuidado de la salud podrían salvarse.

P. Pero los datos de ventas en unidades van siempre para abajo, ¿hay algún límite?

R. El límite es la desaparición. Ya está pasando. Hay muchas empresas que no están invirtiendo en España en este campo y muchas que antes estaban registrando y queriendo lanzar productos de estos ahora lo que están yendo es a productos dietéticos y complemento alimenticios, incluso empresas farmacéuticas. Eso es para mí un gravísimo error que se está cometiendo en este mercado.

Pregunta. ¿El farmacéutico ayudará a impulsar el mercado?

Respuesta. Tiene que cambiar completamente de actitud y está cambiando. El farmacéutico durante muchos años ha podido mantener perfectamente su farmacia prácticamente con los márgenes que obtenía de la dispensación de productos financiados por el Estado, fármacos prescritos. Actualmente, desde el momento que puedes tener un genéricos a 60 céntimos y ahí está el margen del mayorista, del farmacéutico, y todos los costos, se puede imaginar que ahora mismo la farmacia y más con los últimos decretos está pasándolo francamente mal. Habrá farmacias que sean empresas mileuristas.

P. ¿Qué les puede ofrecer la industria del autocuidado?

R. Van a tener que mirar hacia el mercado del autocuidado de la salud. Es decir, los medicamentos no financiados donde los márgenes son razonables por la supervivencia de la farmacia. Aquí soy optimista. El farmacéutico tiene que irse dando cuenta de que la farmacia, además de un centro de salud público de titularidad privada, es una pyme y tiene que procurar también mantener ese estado económico. Falta mucho para llegar a la actitud del farmacéutico de otros países.

P. ¿Hay que concienciar tanto al farmacéutico como al paciente en el uso de los OTC?

R. Si el paciente quiere un medicamento con receta porque es más barato, tiene que ir al médico. Si no, el farmacéutico tiene que dispensarle el medicamento diseñado para ser utilizado sin el control del médico. Y el ciudadano no presionarle.