Las incertidumbres en torno al nuevo modelo de evaluación de los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPTs) continúan siendo incógnitas de una ecuación sin resolver. Aún quedan dudas sobre la mesa en relación con la metodología a llevar a cabo. En este contexto, la innovación y la evaluación económica juegan un papel transversal para construir una red central potente que sea capaz de avanzar a través de sus nodos o, en este caso, las comunidades autónomas.

Esta es una de las principales conclusiones extraídas durante un encuentro del Comité Editorial de la revista Economía de la Salud (EDS), donde se abordaron las necesidades del reciente sistema de IPTs.

Este modelo se caracteriza, según los expertos, por transparencia, robustez y rigor. Sin embargo, las desigualdades existentes entre el territorio nacional, las barreras de acceso o la formación de profesionales son cuestiones que precisan una remodelación, a juicio de los expertos partícipes.

La innovación, en el punto de mira

La inclusión de la metodología del nuevo modelo de IPTs es un planteamiento a medio-largo plazo. Por este motivo, el profesor de Salud Pública de la Escuela Andaluza de Salud Pública, José Martínez Olmos, considera necesario reflexionar acerca de las barreras de acceso a la innovación y las desigualdades a nivel europeo y nacional. Según el experto, incorporar la economía de la salud a la toma de decisiones es una oportunidad que ha estado presente durante los últimos años. Sin embargo, el contexto de la pandemia de COVID-19 ha generado una percepción de mayor desigualdad respecto al Sistema Nacional de Salud en la ciudadanía.

“El acceso a la innovación es una prioridad”, ha indicado. Por este motivo, el experto apuesta por fortalecer la innovación terapéutica de los profesionales, para que “puedan utilizarla en beneficio de sus pacientes”.

Para poder lograrlo con éxito, entra en juego la financiación y las justificaciones políticas de cada comunidad autónoma. Olmos considera que, respecto al modelo de IPTs, “falta política y sobra técnica”, sin embargo, el planteamiento carece de ambas.

“Hay desigualdad en la forma de actuar, si existiera inequidad significaría que ante la misma demanda sanitaria la respuesta fuera peor, y esto no es así”

Profesor de Salud Pública de la Escuela Andaluza de Salud Pública, José Martínez Olmos

Por su parte, la presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Olga Delgado, estima que la incorporación de una evaluación económica en el modelo actual de IPTs no puede plantearse en un contexto de dificultades de acceso.

“La finalidad la incorporación es la evaluación económica y esto no se puede ligar a la palabra barreras, una vez que tengas la evaluación económica puedes llevarlo a la practica o no”

En este sentido, la presidenta de la SEFH pone en duda la calidad de los informes de posicionamiento terapéutico porque “el posicionamiento es prácticamente nulo”.

Un modelo independiente

Es conocido que la decisión de inclusión de una evaluación económica en el modelo de IPTs ha sido bien recibida por múltiples sociedades científicas y grupos parlamentarios. Olga Delgado considera que este paso es necesario y aboga por su incorporación. Sin embargo, la experta indica que el planteamiento falla en el plano teórico y práctico de la evaluación.

“El modelo establece márgenes cómodos pero no profundizan en el aspecto técnico ni económico, ni en el posicionamiento”

Presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Olga Delgado

Por este motivo, la presidenta de la SEFH liga el término ‘innovación’ a la palabra ‘valor’. A nivel nacional, incorporar un soporte técnico más fortalecido sin opiniones políticas y que “avance de una manera más valiente” es la prioridad para Delgado, quien considera que el papel de las CC.AA es “frágil e incompetente”.

En este punto coincide José Luis Poveda, coordinador del grupo ORPHAN-SEFH, quien indica que “tenemos un sistema voluntarista, motivado pero con una estructura ínfima y no fundamentada”.

Para el coordinador de la SEFH, nos encontramos en un momento en el que se pretende “sembrar y recoger al mismo tiempo”. Según Poveda, el contexto actual obliga a incorporar criterios que construyan el modelo que consolidará el futuro.

“Hay debilidad metodológica y de investigadores, en algunas comunidades los evaluadores no han hecho IPTS en su vida”

José Luis Poveda, coordinador del grupo ORPHAN-SEFH

En este sentido, el experto considera que se han trazado líneas generales respecto al modelo recientemente presentado de IPTS pero que, sin embargo, no se ha discutido “cómo hacerlo, quién debe hacerlo y cuándo”.

Para poder corregir estas debilidades del sistema, el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, Jaime Espin, considera importante señalar la necesidad de establecer un umbral detallado del margen con el que cuenta la evaluación.

“El planteamiento de los IPTs no podía seguir así por los próximos 20 años, pero ahora tienen un mecanismo propio de mejora y la evaluación económica va a permitir dicha mejora”

Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, Jaime Espin

Por ello, las ventajas que aporte el nuevo modelo de evaluación será un elemento que evite las desigualdades, “debemos verlo como un elemento que ayude a la equidad”, ha indicado Espin.

El reto de los IPTs en 90 días

La directora general de Biosim, Encarnación Cruz, considera como prioridad establecer un mismo nivel de desarrollo en todas las comunidades autónomas. Si bien Cruz señala que los grupos de evaluación están formado por expertos clínicos con suficiente capacidad de conocimiento, es necesario consolidar nodos de actuación que se ocupen de temas concretos porque “no todas las comunidades están al mismo nivel de desarrollo”.

Asimismo, Cruz saca a colación el reto que supone el proceso de elaboración de un IPT. Según la experta, la media actual cuenta con ocho meses para poder cumplirse los plazos. El modelo actual cifra este periodo en tres meses, un proceso al que califica como “dificultoso”.

Este desafío es también destacable para Neboa Zozaya, Health Economics Manager de WEBER. La experta duda de la agilidad que se desprenderá en la valoración de nuevas indicaciones de medicamentos.

Dicha evaluación será llevada a cabo por la red Revalmed-SNS, que estará formada, tal y como aseguró la propia directora general de Cartera Común de Servicios del SNS y Farmacia, Patricia Lacruz, por “un grupo de evaluación terapéutica, un grupo de evaluación económica y siete nodos de evaluación por áreas clínicas que actúen como revisores expertos designados por las Comunidades Autónomas”.

En este sentido, Zozaya destaca que este tipo de decisiones construyen “la primera piedra de un eficio pero no es suficiente”, por lo que incorporar metodologías más optimas es uno de los pasos principales que defiende la experta.

“La cantidad de indicaciones que va a evaluar la Redvalmed-SNS va a ser exponencial y acumulativo y no sé si será lo suficientemente ágil”

Neboa Zozaya, Health Economics Manager de WEBER

A pesar de ello, la inclusión de la evaluación económica debe ser vista como una herramienta que valore diferentes criterios, según la experta. Valorar el coste, la efectividad, la rigurosidad y los criterios sociales o humanísticos consolidan otros pilares que deberán ser analizados en el actual modelo.

Formación de profesionales de evaluación

Una de las principales preocupaciones en el contexto de creación de nodos que consoliden la estructura central del ‘HispaNICE’ son los nombramientos de los expertos de evaluación. A pesar de que la creación de una autoridad independiente similar a la Airef es una petición que lleva años fraguándose, continúan muchos interrogantes pendientes.

Según el director de Programas Científicos de Fundación ECO y fefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General de Valencia, Carlos Camps, es necesario cuestionar la regulación y las inequidades existentes. “Cuando parece que está llegando el momento nos asustamos y aún no sabemos qué metodología se va a utilizar”, ha destacado.

Además de la evaluación y los criterios económicos, el experto considera que hay otras características que es necesario debatir, como la formación de los profesionales. La nueva Red-valmed SNS contará con más de 120 personas que formarán esta nueva red de evaluación. Esta idea “aterra” a Camps debido a la necesidad de formación de las personas que sean las encargadas de ocupar los puestos de responsabilidad.

“Me aterra que esta red dote de cursos de formación, con lo que nos jugamos en el día a día, vamos a integrar en esta red a gente que necesita cursos de formación, ¿Dónde están los expertos?”

director de Programas Científicos de Fundación ECO y fefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General de Valencia, Carlos Camps

Por su parte, Sonia García Pérez, responsable de la coordinación de los IPTs del departamento de medicamentos de uso humano de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) coincide en algunas características “deseables” que podrían ser objeto de mejora, como por ejemplo, dotar a la evaluación de más capacidad participativa, más rigor y que cubra determinadas carencias. A pesar de ello, García Pérez indica que estas demandas son comunes en todos los modelos del mundo y prioriza como objetivo “maximizar la salud de la población con el presupuesto disponible en relación a lo que pretende un sistema de evaluación de tecnologías sanitarias”.

García Pérez defiende la capacidad y la experiencia de los expertos que llevan a cabo la evaluación terapéutica. “Más experiencia de la que tenemos nosotros es difícil encontrarla”, ha destacado.

Por este motivo, considera que el modelo actual puede cumplir las necesidades del sistema y califica como “positivo” que cuente con la participación de las CC.AA, las SS.CC, las asociaciones de pacientes y el laboratorio titular.

En el encuentro, además, se analizó la propuesta realizada por un total de 300 expertos sanitarios, que en diciembre publicaron un manifiesto que aboga por la inmediata creación de una Autoridad Independiente de Evaluación de Prácticas y Políticas Sanitarias, denominado ‘HispaNICE‘.

Compromiso europeo

La creación de este órgano independiente agita los debates en torno a las evaluaciones de medicamentos, que esta vez contará además con la evaluación económica, la protagonista del nuevo modelo de IPTS.

Uno de los impulsores de este manifiesto es Guillem López Casasnovas, profesor del Departamento de Economía y Empresa y director del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES). Casasnovas considera el momento actual como oportuno para llevar a cabo la creación de un HispaNice aprovechando los fondos europeos disponibles del proyecto Next Generation UE.

El desconcierto que gira en torno a nuestro gasto sanitario no gusta a Europa y la creación de un autoridad independiente en materia sanitario podría ser un punto a favor para nuestro compromiso”

Guillem López Casasnovas, profesor del Departamento de Economía y Empresa y director del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES)

En este contexto, Casasnovas advierte de esta inversión que puede suponer un “arma de doble filo”. El experto destaca las complicaciones que pueden surgir al utilizar los fondos europeos para invertir en “instituciones que tengan una difícil financiación de gasto corriente”. En este punto, el HispaNICE presenta ventajas ya que existe la posibilidad de recuperar los costes a través de la aplicación de tasas y precios.

Una de los pilares que da consistencia al modelo, según Casasnovas, es la efectividad. “Todo lo que pasa en términos de efectividad es multiplicativo mientras que en costes es aditivo”, destacado.

En este sentido, priorizar estos fondos para la creación del HispaNICE es importante ya que, en el contexto de la pandemia, “el músculo financiero a partir de 2024 va a ser muy frágil”.


Noticias relacionadas: