Ha costado; sigue costando. Nunca se sabrán, o será difícil cuantificar, las consecuencias de la tardanza. Pero, piano piano —y con la falta de homogeneidad tantas veces denunciada en esta pandemia— las Comunidades Autónomas (debate distinto es el Ministerio) van tomando consciencia de la ayuda que pueden ofrecer sus redes regionales de farmacias en la detección precoz y vigilancia de la COVID-19.

Un apoyo que ya se materializa ya en diversas CC.AA donde las farmacias comunitarias asumen labores de cribado con la realización de test rápidos y/o erigiéndose como puntos de entrega de pruebas y recogida de muestras, así como funciones de vigilancia de la inmunidad adquirida de la población vacunada. En definitiva, aprovechar tres de las características del modelo farmacéutico nacional y sus profesionales: capacitación, accesibilidad y capilaridad.

Ha costado tiempo, pero las CC.AA — aunque con iniciativas dispares— están ya entendiendo el apoyo que pueden ofrecer sus redes de farmacias en detección y vigilancia de la COVID-19

Ahora se ha conocido que la Xunta de Galicia ha decidido ampliar a toda la región la posibilidad de que la población entre 12 y 64 años que no manifieste síntomas de COVID-19 pueda realizarse autotest de saliva mediante la recogida de kits en farmacias y posterior entrega en ellas de la muestra para su posterior análisis. Cabe recordar que esta iniciativa ya se viene llevando a cabo en los últimos meses, con éxito en las provincias de Pontevedra y La Coruña. Se aprovecha la accesibilidad de sus 1.300 boticas.

Paralelamente, Castilla y León ha decidido confiar en su red de farmacias centinela —formada por 170 establecimientos que cubren toda la orografía— la vigilancia del nivel de inmunidad de población vacunada mediante la realización, desde junio, de test aleatorios a ciudadanos. Se aprovecha la capilaridad de la red de para obtener una radiografía general.

Y mientras, en Comunidad de Madrid las farmacias siguen siendo puntos de realización de test de antígenos dentro de cribados comunitarios sin rastro alguno de esos “peligros” para la sociedad que denunciaban otros colectivos para ‘torpedear’ la iniciativa. Todo lo contrario. La lógica —a veces— impera.


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