El Global Madrid | viernes, 19 de octubre de 2018 h |

En las últimas tres décadas se ha producido un profundo desarollo normativo en materia sanitaria, en el que se han definido los derechos, libertades y obligaciones de pacientes y profesionales sanitarios. Paralelamente la mutua de los profesionales sanitarios, A.M.A, ha estado siempre al lado de los sanitarios. Así lo ha asegurado Raquel Murillo, directora general adjunta y directora de RCP de A.M.A, durante la celebración de un taller que ha reunido a cuatro ex ministros sanitarios en el marco del XXV Congreso Nacional de Derecho Sanitario.

“En paralelo al desarrollo normativo, hemos velado por sintonizar en todo momento con las necesidades de los profesionales sanitarios, para innovar y ofrecerles coberturas adaptadas a los cambios de una legislación que, en los últimos tiempos, es cada vez más compleja”, ha puntualizado Murillo.

En este sentido, ha recordado que, en el año 1995, A.M.A. “se adelantó a la norma respondiendo a las necesidades y demandas de los sanitarios, y puso a su disposición el seguro de responsabilidad civil profesional que 15 años después la Ley establecería como obligatorio”. Además, apuntó que la mutua seguirá apoyando a los profesionales sanitarios ante los futuros retos legislativos.

El taller contó con la participación de Ana Pastor, José Manuel Romay Beccaria, Julián García Vargas y Enrique Sánchez de León Pérez para analizar las Leyes que más han influido en el sistema sanitario español y los retos regulatorios que el sector tiene por delante.

En este sentido, Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados y ministra de Sanidad y Consumo entre los años 2002 y 2004, ha destacado que “el consenso y el acuerdo entre los grupos políticos debería ser imprescindible. La sanidad no es un instrumento para tirarse a la cabeza, porque no hay nadie que no tenga claro que a lo que nos dedicamos es a la protección de la salud de las personas”.

Pastor ha señalado que “tenemos los profesionales sanitarios mejor formados”. Y ha indicado que está pendiente “el desarrollo de la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias para contar con un sistema sanitario cohesionado también en el apartado recursos humanos”.

La presidenta del Congreso de los Diputados ha hecho también referencia a la Ley de Autonomía del Paciente del año 2002. “Esta Ley hay que actualizarla, especialmente en lo que se refiere a la humanización de la sanidad. Los pacientes están cada vez mejor informados, afortunadamente, y la relación tradicional entre sanitario y paciente está obsoleta”.

Por su parte, José Manuel Romay Beccaría, letrado del Consejo de Estado y ministro de Sanidad y Consumo entre 1996 y el año 2000, ha recordado que “la Ley General de Sanidad fue un proyecto muy ambicioso. Venía a poner orden en el mar revuelto que era la regulación de la Sanidad e incluyó el seguro obligatorio de enfermedad, que marcó el rumbo de nuestro Sistema Nacional de Salud hacia los servicios sociales sanitarios”.

Sin embargo, y a pesar de apuntar que “tenemos un sistema sanitario excelente con médicos excelentes”, Beccaría ha señalado que en la Ley General de Sanidad “no puso énfasis en la ordenación de las relaciones profesionales. El modelo de relaciones laborales no tiene estímulos, no es motivante, en una actividad en la que lo importante son las personas. La ordenación jurídica de los profesionales y las relaciones con las instituciones deberían haber sido menos burocráticas, menos rígidas”.

Julián García Vargas, ministro de Sanidad entre 1986 y 1991, ha destacado “la estabilidad institucional y legislativa de la Sanidad española. Y buena muestra de ello es que frente a una Ley General de Sanidad se ha sucedido cuatro Leyes de Educación en el mismo periodo”.

García Vargas ha señalado durante su intervención la aportación del sector privado al Servicio Nacional de Salud. “Sin el aumento de 6.000 millones del gasto privado entre los años 2012 y 2016, pasando de 24.000 a 30.000 millones de euros, la crisis de nuestra sanidad hubiese sido mucho más acusada”. Por ello, ha recomendado introducir cambios en el actual Sistema Nacional de Salud como “reformar el modelo de gobernanza en el Sistema Nacional de Salud, promover la colaboración público-privada, mantener los regímenes de concesiones, mejorar el tratamiento tributario del seguro médico privado o promover un sistema sustitutivo de los seguros públicos y privados”.

Por último, Enrique Sánchez de León Pérez, ministro de Sanidad entre 1977 y 1979, ha indicado que “la problemática sanitaria es recurrente. Son los mismos problemas en tiempos distintos”.