Jorge Sierra Presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia | jueves, 21 de febrero de 2019 h |

Una mirada a lo ocurrido en 2018 nos revela un año espléndido para la especialidad de Hematología y Hemoterapia, marcado por diferentes logros científicos y por una participación muy activa orientada hacia el logro de una mayor visibilidad social y mayor presencia en la política sanitaria. Y es que los hematólogos, representados por la sociedad científica que presido, durante los últimos años, nos hemos empeñado en que la sociedad y los organismos de la Administración sanitaria reconozcan que nuestra labor va mucho más allá del ámbito meramente asistencial, que nuestros aportes científicos han sido pioneros y han abierto camino hacia la cronificación y curación de muchas enfermedades y que tenemos mucho que decir en el debate que ha de generarse y mantenerse para asegurar la incorporación de la innovación en beneficio de los pacientes y de la sostenibilidad del sistema sanitario.

Uno de los hitos al que me gustaría referirme tiene que ver con mi participación en la Ponencia de Medicina Genómica del Senado, cuyo primer borrador será debatido en enero. Allí expresé nuestro deseo de que los hematólogos estuviéramos presentes en todas las iniciativas políticas que se impulsen en torno a la medicina de precisión, fundamentando mi solicitud en el hecho de que la hematología ha sido pionera en el descubrimiento y aplicación de la medicina genómica y personalizada, así como en el desarrollo de la inmunoterapia. La medicina personalizada y adaptada al riesgo se ha traducido en avances espectaculares en el pronóstico de los pacientes con cáncer hematológico, no vistos en ninguna otra especialidad. Así, por ejemplo, hoy en día se cura el 90% de las leucemias linfoblásticas agudas (LLA), el 85% de los linfomas de Hodgkin y el 90% de las leucemias promielocíticas agudas (LPA). También se ha conseguido cronificar la leucemia mieloide crónica (LMC) en el 85% de los casos y se ha mejorado en 5-7 años la supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple. Esto, sin mencionar que en el futuro los cánceres hematológicos que se curarán sin aplicar quimioterapia, con seguridad serán muchos más. No obstante, es claro que las terapias dirigidas tienen un alto coste y el número de agentes comercializados es creciente, por lo que se hacen necesarios nuevos modelos de financiación y un mayor presupuesto sanitario.

Tras visitar el Senado, desde la SEHH vimos necesario un acercamiento urgente al poder ejecutivo, representado por el Ministerio de Sanidad, para defender la participación de la hematología española en la futura Estrategia Nacional de Medicina de Precisión y abordar la inclusión de la inmunoterapia CAR (Chimeric Antigen Receptor) en la cartera de servicios. Fue entonces cuando nos reunimos con la directora general de Cartera Básica de Servicios y Farmacia. Desde un primer momento, nuestros argumentos coincidieron plenamente con los planteados por el ministerio y esto generó un clima de confianza mutua, de trabajo permanente en conjunto con representantes de otras entidades, que ha conducido a la reciente aprobación del Plan Nacional de Terapia Celular por parte del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS). Este plan no solo contempla la progresiva incorporación de las terapias CAR actualmente disponibles en Europa, sino también una importante apuesta por los CAR que se vienen desarrollando en el ámbito académico español.

Y es que la inmunoterapia ha dado un paso de gigante de la mano de los hematólogos gracias a la revolucionaria terapia CAR, que modifica genéticamente las células inmunes del propio paciente (linfocitos T en el caso de la terapia CAR-T) para que expresen receptores que se unan a las células tumorales, proliferen y las destruyan. Sin duda alguna, este tratamiento es hoy en día la gran esperanza para algunos casos irreversibles de cáncer hematológico.

Pero no todo ha sido terapia CAR en 2018. La aplicación clínica de los valores de la enfermedad mínima residual (EMR) como ‘end point’ terapéutico en el abordaje del mieloma múltiple (MM) se ha convertido en un paradigma mundial y ha cambiado el seguimiento de una patología que representa el 10 por ciento de todo el cáncer de la sangre. Este importante avance tiene sello español y se apoya en los resultados del estudio “Profundidad de respuesta en MM: un análisis combinado de tres ensayos clínicos del Grupo Español de Mieloma (GEM-PETHEMA)”, que fue incluido en The Best of Journal of Clinical Oncology (JCO) 2017 Hematologic Malignancies Edition, un número especial de JCO -la revista científica de mayor impacto en Oncología Médica junto con The Lancet Oncology- en el que cada año se recogen los artículos sobre hemopatías malignas más citados.

Sumado a esto, he de decir que los avances que surgen en la especialidad no solo benefician a los pacientes hematológicos. La innovación introducida por los hematólogos repercute más allá de las enfermedades propias de nuestra especialidad. Así, en estos dos últimos meses, hemos visto cómo un grupo de hematólogos ha logrado que seis pacientes infectados por el VIH eliminaran el virus de su sangre y tejidos tras ser sometidos a un trasplante de células hematopoyéticas. Aunque no es la primera vez que se relaciona el trasplante de médula ósea con la erradicación del VIH, la experiencia ha sido repetida de forma exitosa por hematólogos españoles.

Finalmente para concluir, quiero señalar que en 2019 la SEHH cumplirá 60 años y que tenemos previsto hacer una gran celebración, digna del momento clave que vive la especialidad, y al que ha llegado por la labor pionera de los que nos precedieron, de los que con su labor tesonera sentaron las bases para un gran desarrollo, y de los que continúan con su trabajo, empeño y dedicación, formando a las nuevas generaciones que poco a poco se convertirán en los líderes del futuro.


“La inmunoterapia ha dado un paso de gigante de la mano de los hematólogos. La terapia CAR es hoy en día la gran esperanza para algunos casos irreversibles de cáncer hematológico”