Dolors Montserrat Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad | domingo, 04 de febrero de 2018 h |

En el Ministerio de Sanidad empezamos el nuevo año con muchos proyectos con los que pretendemos preservar la excelencia de nuestro gran Sistema Nacional de Salud. Una excelencia que nos define como país gracias a la generosidad de los ciudadanos, a la calidad de los profesionales sanitarios, a las administraciones sanitarias y al esfuerzo conjunto de toda la sociedad. Durante este 2017, ser ministra de Sanidad me ha permitido ser testigo de ello, he conocido a personas extraordinarias, la mayoría de ellas anónimas, cuyo trabajo hace posible que hoy en España contemos con un sistema sanitario que está entre los mejores del mundo y que es referencia para países de nuestro entorno.

Hace pocas semanas dábamos una noticia que da prueba de todo esto: España es líder mundial en trasplantes un año más, y ya van 26, y bate su propio récord en donación y trasplantes. Somos el país con más donantes, con una tasa que duplica a la de la Unión Europea, lo que ha hecho permitido que en 2017 se hicieran más de 5.200 trasplantes en nuestro país. Es decir, los españoles somos los ciudadanos del mundo que más posibilidades tenemos de acceder a un trasplante cuando lo necesitamos.

Esto es un ejemplo de porqué debemos de estar orgullosos de nuestro Sistema Nacional de Salud, pero no es el único. Otro ejemplo es que España es un país referente en Europa en el abordaje de la cronicidad, algo muy importante, sobre todo si tenemos en cuenta que los españoles tenemos la tasa de esperanza de vida más alta de toda la Unión Europea. Eso es gracias al entendimiento y coordinación de las Comunidades Autónomas como responsables últimas de la asistencia sanitaria; a la industria farmacéutica; y a los profesionales, a través de acuerdos con médicos, enfermeros y farmacéuticos.

De hecho, sería imposible mantener tantos años este liderazgo mundial en trasplantes y en abordaje de la cronicidad si no contáramos en España con unos profesionales sanitarios como los que tenemos, que son el corazón de nuestro sistema sanitario. Ellos han sido el centro de los principales acuerdos alcanzados en 2017, un año en el que hemos alcanzado un acuerdo histórico sobre la indicación enfermera, en el que Foro profesional ha tenido un papel esencial que vamos a impulsar. Seguirán siéndolo en 2018, ya que es el año de una oferta pública de empleo histórica por la que se convocarán más de 100.000 plazas en el sector sanitario. Además, procuraremos avances en ámbitos como el registro estatal de profesionales, la formación MIR, la troncalidad y las especialidades.

Dentro del equipo de profesionales sanitarios me refiero también, como no podía ser de otra manera, a los farmacéuticos, que tienen un papel esencial para hacer más comprensible y accesible la sanidad a los pacientes, muchos con circunstancias de cronicidad, pluripatología y polimedicación. En 2018, los colegios de farmacéuticos serán de nuevo un colaborador indispensable en muchas acciones sanitarias, algunas nuevas y otras a las que daremos continuidad: el proyecto de actualización de la Farmacia Comunitaria, con su implicación en las políticas de Salud Pública, en la promoción y la prevención de la enfermedad; la colaboración en la sensibilización contra la violencia de género; el convenio con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición sobre seguridad alimentaria; o la colaboración para el fomento del diagnóstico precoz del VIH y otras infecciones de transmisión sexual.

No me quiero olvidar de la industria farmacéutica, aliada estratégica del Sistema Nacional de Salud: En términos de salud, por desarrollar nuevos medicamentos con los que favorecer la preservación de la salud y el bienestar de las personas; en términos sociales, por los puestos de trabajo que genera y que mantiene; y en términos económicos, por su aportación al Producto Interior Bruto nacional y su contribución a la dinamización de la investigación, el desarrollo y la innovación en el país.

Un ejemplo de ello, posiblemente el más representativo, es el que representa el convenio de colaboración suscrito por los ministerios de Hacienda y Función Pública, y Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con Farmaindustria, que tiene el doble objetivo de agilizar el acceso de los pacientes a las innovaciones terapéuticas en condiciones de equidad y de hacerlo posible, además, desde la transparencia, la racionalización del gasto, la eficiencia y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. En esta línea queremos seguir trabajando en 2018, para lo que vamos a estrechar lazos con la industria de los genéricos y de los biosimilares, impulsando también un plan que nos permita renovar los equipamientos tecnológicos existentes en todo el territorio nacional de forma periódica y con las mejores condiciones posibles para las administraciones.

En conclusión, el Sistema Nacional de Salud, los profesionales sanitarios y la industria farmacéutica son los principales actores que hacen posible que hoy contemos con una sanidad como la que tenemos. Pero el verdadero protagonismo y el eje central de las políticas del Ministerio son los pacientes: han sido nuestra razón de ser durante décadas y lo seguirán siendo en 2018. Así lo hemos plasmado en un acuerdo histórico entre el Ministerio y los pacientes para mejorar la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, que establece un espacio de diálogo y de colaboración sin precedentes.

Precisamente, solo con consenso y diálogo salen los grandes acuerdos que dan lugar a proyectos comunes y que perduran en el tiempo. Este espíritu de diálogo y de consenso es el que nos ha permitido firmar importantes acuerdos con los diferentes actores (con los profesionales, con la industria farmacéutica y con los pacientes), pero todavía no nos damos por satisfechos. Queremos que todo esté afán de colaborar entre nosotros que caracteriza a todos los sectores de la sanidad quede plasmado en un Pacto de Estado para la Sanidad. Porque si hoy nuestro Sistema sanitario español es uno de los mejores del mundo, es porque hace casi 40 años los pacientes y los profesionales sanitarios nos comprometimos con la mejora de la salud pública de todos los españoles -presentes y futuros-. Lo que hemos conseguido hasta hoy ha sido gracias al trabajo conjunto de toda la sociedad y ahora tenemos que sentar las bases del Sistema Nacional de Salud del futuro. Un importante reto que solo podemos afrontar todos juntos.